La técnica definitiva para lavar tus brochas de maquillaje y evitar el acné: ¿la conoces?
A pesar que tu rutina y productos de skincare sean perfectos para tu tipo de piel, brotes de acné e incluso infecciones pueden aparecer en tu rostro ¿Las culpables? Tus brochas de maquillaje.
Brochas de maquillaje: un hogar de bacterias
¿Cada cuándo lavas tus brochas de maquillaje? Si no recuerdas cuándo fue la última vez que lo hiciste tememos decirte que cada vez que las utilizas sucias le haces daño a tu piel.
Con el paso del tiempo, estas útiles herramientas que te ayudan a aplicar tu base, blush, bronzer, highlighter y demás productos se vuelven el hogar no sólo de restos de maquillaje viejo, sino también de células muertas, suciedad, bacterias y grasa.
Cada vez que utilizas tus brochas, tu rostro no sólo se ve expuesto a la base o polvos de tu maquillaje, sino que a todas estos residuos y bacterias que no sólo pueden provocarte brotes de acné, sino también infecciones por hongos, E. coli o estafilococos (un tipo de bacteria que puede ocasionar granitos, enrojecimiento, inflamación y dolor), según advierte la Academia Americana de Dermatología ( AAD).
Técnica definitiva para lavar tus brochas de maquillaje
Para cuidar tu piel y evitar complicaciones ocasionadas por utilizar brochas de maquillaje sucias, los dermatólogos expertos de la AAD recomiendan que laves tus brochas una vez de cada 7 a 10 días.
Este hábito de higiene combatirá cualquier bacteria que pueda dañar tu piel. Además, es muy sencillo hacerlo. Te explicamos.
1. Humedece las puntas de tus brochas
Abre el grifo de agua y coloca las puntas de tus brochas para eliminar los restos de maquillaje y humedecerlas un poco. También puedes sumergirlas en un recipiente con agua.
En ambos casos asegúrate que el agua NO llegue hasta el cabezal de las brochas, ya que, dependiendo de su calidad, el agua y el jabón en exceso en esta zona puede disolver el pegamento que conecta el cabezal de las cerdas al mango.
2. Shampoo
Agrega unas gotitas de un shampoo suave en una de tus manos, el shampoo para bebé sirve excelente para este propósito, y frota suavemente la brocha sobre él hasta crear un poco de espuma. Asimismo, asegúrate que el shampoo no llegue hasta el cabezal de la brocha.
3. Enjuaga
Enjuaga las puntas de tus brochas, ya sea poniéndolas debajo del chorro de agua o en un recipiente con agua limpia y tibia, y masajea suavemente con tus dedos hasta retirar todo el shampoo. Repite los pasos de lavado y enjuague hasta que el agua que pasa por las cerdas de tus brochas salga limpia.
4. Deja secar
Con una toalla limpia exprime suavemente el exceso de agua. La misma toalla extiéndela en el extremo de tu tocador, mesa o lavabo y coloca tus brochas acostadas sobre ella. Asegúrate que las puntas sobresalgan del borde de esta superficie para que se sequen mejor y más rápido.
Nunca seques tus brochas en posición vertical. Colocarlas así puede provocar que el agua y humedad se deslicen hasta el cabezal y afecten el pegamento que lo conecta con el mango.
Déjalas durante la noche y muy probablemente por la mañana ya estén secas y listas para usarse.
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