Nadie ha cobrado los $1,340 millones del Mega Millions: ¿qué pasa ahora?
La persona que ganó los $1,340 millones del sorteo Mega Millions hace casi un mes no ha reclamado el premio ni aparece, a pesar de que es uno de los mayores de la historia de la lotería en el país.
De hecho, es el segundo en los 20 años desde que existe este popular juego, superado solo por el premio de $1,537 millones ganado por un boleto en Carolina del Sur en 2018.
¿Qué ocurre si no llega a aparecer el ganador? Las reglas para reclamar un premio varían en función del estado, tal como explica la web de la lotería.
El plazo más común para cobrar un premio es de entre 90 días y un año desde la fecha marcada en el boleto. Este boleto millonario lo ganó alguien en Illinois, un estado que permite el plazo máximo de un año.
Para lo que el margen es más reducido es para elegir el cobro: solo hay 60 días desde la fecha impresa en el boleto para decir si se quiere efectivo o anualidad. Le queda para ello alrededor de un mes.
El hecho de que no haya ido a cobrar un premio tan millonario ha alimentado la curiosidad por conocer la identidad del ganador, pero eso sí que es probable que nunca ocurra.
Los ganadores de premios superiores a los $250,000 quizás elijan permanecer anónimos, por miedo a robos, extorsiones o secuestros.
¿Qué ocurre con el dinero si no lo cobra?
Si culmina el plazo del año para reclamarlo, en este caso por ser Illinois, y nadie lo cobra, la filosofía es que cada estado participante recibe de regreso todo el dinero con el que contribuyó.
Los estados usan ese dinero de lotería no reclamado para varios propósitos: en muchos casos lo mantienen en el fondo de loterías del estado, pero en otros lo emplean para financiar escuelas públicas.
¿Y si es que perdió el boleto?
En ese caso Mega Millions no hace excepciones. Hay que tener un boleto para reclamar el premio y cualquiera que lo encuentre, si no está firmado, puede cobrar el premio.
Por eso se aconseja a los compradores que lo firmen de inmediato en la parte trasera. Si lo pierden y alguien lo encuentra, no podrían cobrarlo en ese caso.
El hecho de que un premio grande quede sin reclamar ha ocurrido ya antes, aunque solo tres veces y todas en Nueva York, en la historia del sorteo: $31 millones en 2006; $46 en 2003 y $68 millones en 2002.
