La vegetación de isla luce devastada y reseca. Los bosques de palmeras de las costas que antes fueron tan verdes se han reducido a un montón de madera rota y restos de construcciones. Vieques es una pequeña isla de calles angostas a lo largo de sus 20 millas de largo por casi cuatro de ancho. Crédito: David Maris
Carmen Virginia Delerme posa en lo quedó de su recámara, destruida por el techo de su vecino que se desprendió por la fuerza de María. Delerme pasó la peor parte del huracán junto a su hija en la escuela que dirige. Al día siguiente no podía entender camino a casa por qué su vecino se disculpaba. Luego descubrió que su hogar debía ser reconstruido. Crédito: David Maris
La fuerza de María derribó la casa de Alfredo Carmona, quien espera sentado frente a lo que antes fue un bosque verde. Luego del paso devastador del huracán que dejó a todos los árboles sin hojas y a merced del sol tropical, el reseco paisaje de Vieques parece haber sufrido un inmenso incendio forestal. Crédito: David Maris
Yolanda Carmona es hermana y vecina de Alfredo. Con la casa derrumbada de fondo, cuenta que su hermano decidió salir de la casa unos instantes antes que el huracán la destruyera completamente. Asegura que por su residencia al norte de Vieques no ha pasado ninguna agencia local, nacional o federal ofreciendo ayuda. Crédito: David Maris
A pesar de que María derribó parte de su negocio en playa Esperanza, los esposos y empresarios estadounidenses Kurt y Kelly Soukuep ya comenzaron los trabajos de reconstrucción y esperan reabrir en los próximos días. La pareja asegura que ni el alcalde ni otra autoridad los ha visitado después del paso del huracán. Crédito: David Maris